Mamá, yo la maté

	Hai gente ke tiene mala suerte, pero komo yo? No me hagan reír. A ver. Es lunes, primer dia “laboral” de la semana, al menos para mí ke aunke ayer hubieron elecciones (ganó el frente) no me tuvieron consideración e igual tuve ke ir al liceo y a la universidad. Son komo las doce de la noche y me kiero akostar, estoi kansada, pero antes de irme a dormir, luego de subir un par de cuentos, le di una revisada a la pagina por mero placer. La luz estaba apagada, y al apagar el monitor, kedó todo en penumbras. Le pegué un rodillazo a algo al levantarme. Kruzé los dedos y deseé profundamente ke no lo fuera, pero el solo desear las kosas no hace ke sucedan, y esta vez no fue la ecepción. Gracias a dios (valga la redundancia) hai ecepciones, verdad ro? pero reitero, esta no fue la ecepcion, la suerte no me ayudó y ta, kagué. Si señores, a las 12 de la noche, teniendo ke levantarme a las 7 al otro día, le enkajé un rodillaso a una maceta llena de barro ke estaba arriba de una columna de unos 40 cm. por suerte la columna no se kebró (mi vieja me mata)(igual me va a matar mañana kuando se levante para ir a laburar y vea mi obra de arte). La maceta kalló dada vuelta al mejor estilo kastillito de arena, solo ke fue adentro de mi kasa, y de barro. No solo se desparramó también, sino ke maté su adorada plantita, sus tallos kedaron kebrados por la maceta. Asi kedó. Me vine a akostar. Le dejo mi guitarra elektrika a lala, la tele 21’ a ro, y el amplificador se lo turnan, komo vean, hasta ke humo viejo repare el suyo. Mis ensayos y borradores a Nacho, para ke algun dia los publike. Ahí se akaban mis pertenencias. Estuvo bueno vivir, bueno... es una forma de decir. Si mamá, yo la maté, pero fue sin kerer.